Este Viernes después de barajar varias opciones para salir a cenar, y ya que debido a nuestros turnos de trabajo cenaríamos tarde, descartamos ir al centro. Optamos por ir a La Esparteria en el edificio Jerez 74.
Local que abrió sus puertas tras el cierre del Restaurante El Cachirulo con la misma gerencia. Hablaban bien del lugar y allá que fuimos.
Es un sitio pequeño, decorado con artesanía de esparto como es lógico. Tienen una pequeña terraza con cinco o seis mesas. A pesar de ello pudimos sentarnos sin necesidad de reserva y sin tener que esperar.
Nada mas sentarnos en seguida nos toman nota de las bebidas y nos indican que no hay cartas. Para ver las tapas hay que mirar una pizarra grande que esta dentro del local.
Mas o menos lo esperaba porque el sitio se caracteriza por ofrecer cocina de mercado y sus platos varían dependiendo del día. Pero realmente resulta incomodo tener que levantarte de la terraza, entrar en el local y leer la pizarra. Opte por hacerle una foto a la pizarra, para no tener que estar levantándome, como supongo sera lo habitual.

Como comentario previo a los platos decir que pedí de beber agua y la sirven en botellitas de plástico. Mi pareja pidió un refresco y son de latas. Puede parecer una tontería que no sirvan botellas de cristal pero los pequeños detalles suman y mas con tantos gastrobares que hay en la actualidad.
En la cesta de pan que nos sirvieron iban un variado de pan campero, picos y tostadas (las cuales no eran del día seguro).
También nos sirvieron unas aceitunas.
El primer plato que llego fueron unos fideos tostados en salsa de soja con langostinos al ajillo. Se sirven acompañados de una salsa ali-olí.
Los fideos estaban muy ricos, con diferencia seria el mejor plato de los que probamos.
La segunda tapa fueron unas croquetas de chipirones con ali-olí.
Tapa muy simple pero también muy rica. Chipiron en su tinta y ali-olí siempre es matrimonio bien avenido.
Seguidamente nos sirvieron un canelon de rabo de toro con patatas deluxe.
La verdad que esperábamos bastante mas de esta tapa.
La pasta que envuelve el canelon es demasiado gruesa, la guarnición de patatas y brotes no dicen nada. Si en vez de patatas lo sirven con dos canelones solos tampoco pasa nada.
El sabor de la carne si estaba fenomenal pero poco mas que destacar.
Para terminar la peor de las tapas que probamos y de la que esperábamos fuera la mejor.
Bombón de solomillo en dos texturas de queso.
La foto lo describe por si solo. No es una ensaladilla, ni patatas ali-olí.
Al llamarlo bombón pensábamos en algo mas fino con una cobertura de queso en dos texturas, una cobertura pero esto era una avalancha del Everest.
Y que decir de la presentación, un tomate cherry y tres o cuatro patatas fritas de bolsa.
No se si es debido a que eran las doce de la noche o es que la tapa es así.
Aunque parezca mentira debajo de esa montaña de queso habían dos bombones, de tamaño, de carne.
Comentar que durante la cena tuvimos un incidente.
El cocinero salio a invitar a unas copas a unos amigos, los cuales iban ya un poco pasados de ellas.
Tuve que llamarle la atención a uno de ellos ya que me empujo en varias ocasiones y un poco mas y se sienta en nuestra mesa encima de los platos literalmente.
El cocinero ante todo ello ni se disculpo.
En fin lo mejor sin duda del sitio fue la cuenta que fueron 18€ y las camareras atentas en todo momento.
Aun así no creo que frecuentemos mucho este sitio y tampoco que se lo vayamos recomendando a nuestras amistades